Así como lo dice el título, la montaña llega a ser una gran aliada para el entrenamiento y desarrollo de nuestra carrera a pie; por los grandes beneficios que puede aportar a nuestro desempeño al realizar una carrera o simplemente correr; pero es muy importante implementarla correctamente en cada una de nuestras etapas de entrenamiento y de forma progresiva, sobre todo en el caso de no estar acostumbrado a entrenar y correr en ella.
Para empezar, al hablar de correr en la montaña, hablamos de entrenamiento de altura, donde estaremos corriendo a muchos metros de altitud sobre el nivel del mar, a lo que nos podremos preguntar: ¿Qué diferencia tiene esto con correr más abajo, pegados al nivel del mar? La respuesta es simple, mientras estemos a mayor altitud sobre el nivel del mar, menos cantidad de oxígeno habrá en nuestro entorno; por lo que nuestro sistema respiratorio tendrá la necesidad de realizar un mayor esfuerzo para absorber el oxígeno que ocupamos, abriendo más nuestros pulmones y elevando la capacidad de transportar sangre a todo nuestro cuerpo, con el aumento de glóbulos rojos en ella, los cuales se encargarán de transportar la mayor cantidad de oxígeno necesaria a cada músculo que ocupamos en nuestro entrenamiento.
Es por esto que acabo de mencionar, principalmente, que el entrenamiento en montaña podemos considerarlo como un gran aliado para el desarrollo y desempeño de nuestra carrera a pie, sobre todo si lo que buscamos es tener una gran mejoría en carreras citadinas, ya que en resumen estos entrenamientos de altura nos van a ayudar a aumentar la resistencia del cuerpo al acostumbrarlo a entrenar en entornos con menor cantidad de oxígeno, aletargando la aparición de fatiga, mejorando nuestra tolerancia a ella y aumentando nuestra capacidad de recuperación. Por ello es bueno incluir estos entrenamientos en varias y diversas sesiones dentro de nuestra planificación para que nuestro organismo se adapte óptimamente y sintamos sus beneficios al estar más cerca del nivel del mar, en una carrera o entrenamiento, teniendo un mejor rendimiento.
Otros beneficios que nos brinda la montaña está en la parte muscular-articular; simplemente por las variaciones que puede haber en el terreno por la propia naturaleza de una ruta de montaña, con cuestas y senderos ondulados, dándonos mayor fuerza en nuestro tren inferior al hacer que las piernas trabajen con diferentes grupos musculares con las diversas acciones por ejercer, además de la explosividad que requiere correr por la montaña, como en las subidas cortas o constantes, los descensos y la velocidad que nos pueden implicar estos, o las combinaciones cortas entre estos como en el caso de los columpios e incluso los saltos para esquivar algún obstáculo como una piedra, raíz o tronco. Junto con esto que acabo de mencionar, y de suma importancia, también por la blandura del terreno, nos ayudará a prevenir o evitar lesiones que se pudieran desarrollar por la carga por el impacto de entrenamiento constante en terrenos más duros; que a la vez por la “inestabilidad” de un sendero montañoso, pensando en que haya bastante irregularidad en el suelo con piedras, ramas, hojas, charcos, lodo o terrenos resbaladizos, etc. independientemente de las inclinaciones que nos encontremos nos va a forzar a dar atención y cuidado a cada zancada, cada pisada para compensar esta parte, lo que nos ayudará a trabajar y mejorar de manera automática nuestra propiocepción, mejorando nuestro equilibrio y fuerza en articulaciones y tendones.
Finalmente la suma de todo lo mencionado anteriormente, va a ir completamente relacionado en la mejora nuestra técnica de carrera, llevándonos a obtener naturalmente mejor postura para correr, al igual que una mejor forma de cada zancada por el simple hecho de que nos obligará a elevar más las rodillas, para evitar una caída o tropiezo, a controlar y medir la longitud de cada zancada, al cuidar no dar algún mal paso para para evitar una torcedura, al igual que desarrollar una mejor cadencia reduciendo el impacto en nuestras articulaciones y evitando la fatiga ocasionada por este, al buscar compensar nuestro ritmo con la cadencia vs. longitud de zancada; también nos ayudará a trabajar un mejor aterrizaje, sin talón, principalmente por los desniveles positivos, donde de forma natural aprenderemos a llevar nuestra inclinación hacia el frente, corriendo con la parte delantera de nuestros pies, para lograr una buena sesión de carrera en los senderos de la montaña.
Por otra parte y también de suma importancia; el entrenamiento en montaña nos podrá ayudar mucho a desarrollar nuestro enfoque, a trabajar la mente, a conectar con nuestro cuerpo y entorno, y a conocernos, ya que nos brindará un espacio único, permitiéndonos cierta desconexión de nuestra vida cotidiana, para llegar a cierto estado de relajación junto con la naturaleza; lo cual nos permitirá sentir cada paso, cada intervalo, cada kilómetro, cada zancada, cada respiración y hasta el ritmo de nuestro corazón de forma única.
Mario Eduardo Barranco Stubbert.
